La reciente decisión del Parlamento Europeo de rechazar el proyecto de reglamento que permitía mantener límites máximos de residuos (LMR) elevados para determinados pesticidas marca un paso positivo hacia una mayor equidad y protección. Desde la Asociación de Organizaciones de Productores de Plátano de Canarias aplaudimos esta medida como un avance importante para los agricultores de la UE, aunque consideramos necesario que esta postura se extienda a todas las materias activas prohibidas.
El documento del Parlamento Europeo enfatiza que mantener tolerancias a la importación para pesticidas prohibidos crea un “doble rasero” que afecta gravemente a los agricultores europeos. Estos, obligados a cumplir con estrictas regulaciones medioambientales y de salud pública, enfrentan una desventaja competitiva frente a productores de terceros países que pueden seguir utilizando estas sustancias tóxicas para la producción de alimentos exportados a la Unión Europea. Además, estos plaguicidas no solo son perjudiciales para los trabajadores agrícolas y el medio ambiente en los países donde se aplican, sino que también representan un riesgo inaceptable para la salud pública de los consumidores europeos.
El ciproconazol, materia activa incluida en la reciente resolución del Parlamento, ha sido prohibido en la UE por su clasificación como tóxico para la reproducción y por sus efectos dañinos sobre los organismos acuáticos y potencialmente en el sistema endocrino. Este argumento es extrapolable al resto de sustancias activas prohibidas, por lo que consideramos que mantener límites máximos de residuos para estos pesticidas no solo es injusto, sino también incompatible con los principios de salud y seguridad alimentaria que rigen en la UE.
En el caso del sector de la banana, esta situación se da con diversas materias activas como el Benomilo, Fenpropimorf, Metiram o Mancoceb. Esta última está incluida en la Lista de sustancias activas no aprobadas en Europa desde el año 2021, ya que la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria concluyó que el Mancoceb es tóxico para la reproducción pues presenta propiedades de alteración endocrina en el caso de los seres humanos. Sin embargo, se permite que sea usado en terceros países y que la fruta, en este caso las bananas, puedan llegar al mercado europeo con este residuo.
Desde la perspectiva de los productores de plátanos, creemos que es imperativo avanzar hacia una normativa más estricta y coherente que prohíba totalmente la importación de productos que contengan cualquier plaguicida prohibido dentro de nuestras fronteras. Los agricultores europeos deben competir en igualdad de condiciones y no pueden ser penalizados por cumplir con regulaciones más exigentes, mientras se permiten excepciones para productores externos.
En conclusión, este es un primer paso, pero es vital que la Comisión Europea extienda estas restricciones a todos los productos y sustancias activas prohibidas para garantizar un mercado más justo y proteger la salud de los ciudadanos y el medio ambiente.